Todo el montaje expositivo pivotaba sobre una escenografía espectacular. De esta forma todos los contenidos, de marcado carácter científico, se volvían más comprensibles para el visitante profano. El espacio escénico transportaba al público a un tiempo y a una época. En este ambiente todo lo que se contaba en la exposición se relacionaba entre sí, adquiriendo un sentido más profundo.
La inspiración para crear el espacio escénico me llegó gracias a una de las fotografías más emblemáticas de Nikola Tesla en su taller de Palm Springs. Un espacio de madera y metal. La gran bobina Tesla, al principio del recorrido, nos daba la bienvenida y se comunicaba con la réplica escenográfica de la Torre Wardencliffe de Long Island, que aparecía imponente en medio de la gran sala de exposiciones temporales del CosmoCaixa.
Este gran eje, una gran línea imaginaria entre la bobina del principio del recorrido expositivo y la torre, creaba unas anillas de luz suspendidas en el aire que representaban la transmisión de electricidad sin cable imaginada por Tesla.
El esquema aéreo de la transmisión de energía aterrizaba en la sala dando la forma al recorrido y a las secciones de la exposición. Las divisiones, los muros y las transiciones por el espacio escénico se inspiraban en una gran caja de Faraday y la malla metálica con la que se construyeron los muros permitía una visión a través de los diferentes ámbitos. Este espacio envolvía al visitante en el ambiente del taller de Tesla, invitándole a entender su historia y sus descubrimientos.
El espacio escénico se puso al servicio del público y de esta forma la exposición –un gran homenaje a Nikola Tesla– permitía descubrirlo, conocerlo y quererlo.
Institución impulsora: CosmoCaixa. Fundación “la Caixa”
Ubicación: Barcelona
Con la colaboración de Jose Castelló
@ Fotografia: Pepo Segura
